viernes, 11 de febrero de 2011

El Anima de los Guso


Logo Anima Wear

Guillermo, escondido tras un pañuelo verde y el flequillo remachado hacia el lado, con un andar ligero y animado, hace ademán por encontrar entre el tumulto a la persona que le bombardeará a preguntas en poco tiempo. Justo a tiempo, ¿qué quieres? ‘‘Hola, sí, una caña y –dudoso- a ver…, un montadito de jamón serrano’’, -todo un clásico-.

Guillermo Guso -Willy-

Así es Guillermo Guso, un joven madrileño estudiante de Arquitectura que agita desmañadamente su mano escayolada para saludar a los entrevistadores.
Con cierto recelo a revelar desde el inicio lo que le ha llevado hasta el lugar, juega con la comida entre sus manos, hasta que, hartos de comentar lo que no se ha venido a hacer, comienza la función.
‘‘¡Joder!, ¿así ya del tirón?’’, nervioso pero decidido, Willy -que es como prefiere ser mentado-, da rienda suelta a todo un potencial que se veía venir, todo lo que en más de una hora da tiempo a mal contar, tiene por nombre Anima.
Los inicios
‘‘Anima empezó, empezó en el 2006, a ver… a mí desde muy pequeño me molaba pintar…’’, de esta guisa, impropia si se tratase de un literato u orador, comienza lo que, en efecto, es todo un relato apasionante de cómo un joven con demasiadas ideas creativas en la cabeza, consigue dar forma a la que compete, el diseño y dibujo de camisetas.
Con el apoyo incondicional de sus padres, pasaron meses en los que Willy continuaba dibujando sus diseños hasta que, con el fin de la temporada estival, el proyecto tomó cuerpo y, en simbiosis con su padre y un socio amigo del progenitor, comienza el proyecto empresarial de Anima.
Andrés Guso tiene la gran culpa de que Anima se hiciese realidad. Profesional del Marketing y la pintura, el padre de Willy fue quien, gracias al sostén económico, consiguió que Willy viese su trabajo hecho carne y una novedosa salida profesional a lo que siempre había tenido como hobby.
‘‘Tenía un amigo con una pequeña agencia de publicidad, le comenté en lo que me iba a meter y quiso ver los dibujos que Guillermo había hecho. Lo vio claro y me dijo que le apetecía meterse y que lo montábamos juntos. Nos venía bien contar con cierta estructura y contactos para comenzar’’. Andrés encontró así la única pieza que le faltaba para hacer de Anima toda una empresa capaz de afrontar la difícil tarea de adentrarse en el mercado de la moda.
Por ello, la etapa dorada de Anima comienza a dar fruto a otros niveles antes ni imaginados, y gracias a esas altas y utópicas expectativas, los dos socios capitalistas-el padre y el socio- y la “gallina de huevos de oro”-Willy-, comienzan la ardua e intensa tarea de dar a conocer su gran tesoro.
“Los negocios emergentes y todos en general se basan en tres premisas: asumir el riesgo, grandes dosis de esfuerzo y mucha, mucha perseverancia. Creer en lo que uno hace es fundamental”. Así se muestra Andrés Guso, inyectando una dosis de puro optimismo al proyecto en flor.
Apogeo de la marca
Buscaron proveedores desde la nada, y contactos que vieron los diseños y, aunque acostumbrados a comercializar con camisetas de marcas reconocidas a nivel mundial como Coca-Cola, quedaron satisfechos con Anima y dispuestos a confeccionar camisetas bien hechas, cuidadas y con un control específico, todo desde la exigencia de ésta marca que tímidamente iba asomando la cabeza.
Sin prisa pero sin pausa, Anima empezó a llamar a la puerta de diversos comercios que se adecuaban a su estilo y perfil, de norte a sur de la capital, alrededores y resto de la Península, hasta dar con las tiendas que darían el gran impulso a su logotipo –Emiika Style, Urban Design, Le Salon D´ Apodaca, No Waves, Jeans Corner, Fuera de Pista, Patrick Sport, Pasarela Streetwear, El Rey Lagarto, Kamikaze, Harpers, Jorchas, Mundo Alex, Artlist, Catamarán, Azules, Soho, Pacific Sur, Chic&Sexy, etc.-.


Uno de sus diseños más vendidos


Nosotros creemos en ANIMA y nuestros clientes también” son las palabras cuyo remitente –Andrés Guso-, quiere dedicar a los clientes, seguidores y amigos del proyecto Anima.
El apoyo de los amigos de Willy también fue un factor clave para que siguiesen trabajando en el proyecto, pues Willy no deja de recalcar una y otra vez que lo que más le gusta es ver que sus amigos llevan sus camisetas.
Habida cuenta da su amigo y compañero de carrera Carlos Moreno, quien afirma ‘‘La verdad es que Guille siempre ha sido una persona muy emprendedora con un carácter creativo importante y fue gracias a la ayuda de su padre y al apoyo de todos sus amigos lo que hizo que el proyecto Anima funcionase’’
Declive del proyecto
Desafortunadamente, el mundo de los negocios y comercios, en particular Anima, marca emergente y en proceso de maduración, se vio truncado por la crisis económica que cierra comercios, y hace que reine la desolación en las expectativas de todos ellos. Este es por lo tanto, el gran “monstruo” al que se enfrenta Anima.
Además de la crisis, Anima acarreaba a sus espaldas problemas como el que se presentaba a la hora de vender las camisetas –una vez ya en las tiendas-, debido al diseño personal del autor que no siempre ha gustado. A colación de la crisis, uno de los socios capitalistas de Anima se vio obligado a abandonar el proyecto por problemas en su propio estudio. Recibieron un nuevo empujón en relación a las ventas, con un socio centrado más en las relaciones públicas que en el diseño, que duró poco tiempo por la desvinculación, de nuevo, del socio.
Cuando preguntamos a Andrés Guso sobre las expectativas que tenía aun con la crisis pisando fuerte, respondió siendo realista y dejando una estela positiva entre tanta tempestad: “Siempre más altas de lo que al final resultó, si bien hay que diferenciar el valor de la marca que es muy alto, con los resultados que no lo son tanto por culpa de la situación económica que nos sobrevino de repente. Al ser camisetas, un producto textil, en un sector que ha bajado un 40% por la crisis nos resultó mucho más difícil crecer. Aún así conseguimos colgar nuestras camis en más de 40 tiendas”.

Detalle de un diseño de Anima Wear

Willy y Andrés Guso, padre e hijo, se vieron durante un tiempo mano a mano llevando el timón del barco sin más tripulación que ellos mismos. Willy pronto se dio cuenta de que no podía dedicarle tanto tiempo a Anima, pues la carrera de Arquitectura y su vida no podían quedar desatendidas. Ambos dejaron en stand by Anima por una temporada sin olvidar esa gran cuenta pendiente.
“La haremos resurgir cuando estemos mejor preparados y más comprometidos. Cuando el diseñador se sienta libre y a tiempo completo. Cuando pasemos de un estadio de a ver qué pasa a otro de compromiso total”, es la solución provisional que Andrés Guso da a esta pausa transitoria.
La venta de camisetas sigue dándose en los comercios de más confianza, vendiendo los diseños que se hicieron en su día, sin ser renovados, por los puntos suspensivos de este prometedor proyecto.
De lo que un día fue un negocio en alza -llegando a contar con una web dedicada exclusivamente a ventas online- hoy tan sólo quedan las cenizas que, quién sabe, quizá algún día Willy y compañía hagan resurgir a Anima cual Ave Fénix.


Para más información sobre Anima, visita su web animawear.com

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